Las enseñanzas del joven padawan
Hoy el joven padawan (el pirao ese de la derecha) me ha enseñado un principio fundamental de la vida: la moraleja de la hormiga y el toro. Érase una vez una hormiga, dueña de un Audi TT. En uno de sus paseos se encontró con un toro, que se estaba hundiendo en unas arenas movedizas. El toro pidió ayuda a la hormiga, que a pesar de ser vacilona (como todos los poseedores de un Audi :-P), accedió a ayudar al toro. Tirando del toro con su Audi TT consiguió sacarlo de las arenas. El toro quedó eternamente agradecido a la hormiga por haberlo salvado.
Otro día, el toro encontró a la hormiga, junto con su Audi TT, atrapada en las mismas arenas en las que él cayó antes. El toro, pleno de gratitud porque la hormiga lo salvara, no se lo pensó dos veces, alargó el rabo, y sacó a la hormiga de las arenas. La hormiga agradeció enormemente al toro que la salvara.
¿Y cuál es la moraleja? Pues que si tienes un buen rabo no te hace falta un Audi TT (o al contrario ;-).
El joven padawan ha hablado.
Otro día, el toro encontró a la hormiga, junto con su Audi TT, atrapada en las mismas arenas en las que él cayó antes. El toro, pleno de gratitud porque la hormiga lo salvara, no se lo pensó dos veces, alargó el rabo, y sacó a la hormiga de las arenas. La hormiga agradeció enormemente al toro que la salvara.
¿Y cuál es la moraleja? Pues que si tienes un buen rabo no te hace falta un Audi TT (o al contrario ;-).
El joven padawan ha hablado.
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