Vuélvete a enamorar
Estaba algo desencantado con Linux. Primero, aunque soy bastante profano en la materia, creo que el kernel de FreeBSD era simplemente mejor que el de Linux. Tan solo con echar un vistazo al código la sensación de código limpio y bien estructurado era mucho mayor en FreeBSD que en Linux (estaría bien medir la modularidad y complejidad de ambos kernels, para comprobar si esto es cierto o es simplemente una impresión). Además, en mi portátil no había manera de hacer funcionar el kernel 2.6 de Linux.
El sistema de ports/paquetes de FreeBSD, aunque no tan bueno como APT, estaba bastante bien. La opción de poder instalar paquetes binarios precompilados o compilar tú mismo los ports, de manera completamente integrada entre ambos sistemas, era muy cómoda. Además, la sensación general era la de un sistema mucho más ligero que Linux. Mi disco duro ya no sonaba como cuando te comes un puñado de almendras garrapiñadas.
En definitiva, me había desenamorado de Linux, y estaba muy contento con FreeBSD.
Con el nuevo portátil, tenía la intención de instalar FreeBSD y probar Ubuntu, porque había oido hablar muy bien de ella.
Tras instalar Ubuntu, la sensación fue realmente buena. El sistema de instalación es muy sencillo. El reconocimiento del hardware es excelente. El sistema es muy bonito. La musiquilla que suena al iniciar una sesión es muy relajante.
Pero lo mejor de todo es sobre todo lo del hardware. Qué gusto da tener todo configurado y funcionando perfectamente tras instalar el sistema: la aceleración gráfica, la tarjeta inalámbrica, el cambio de la frecuencia del procesador según la carga de trabajo, la mejor resolución de pantalla soportada por la pantalla puesta por defecto, los programas por defecto ya configurados. En definitiva, un sistema listo para usar.
La única pega fue lo del ACPI, que debido a que en el kernel 2.6.8 deben haber metido la pata en algo, no funcionaba. Pero fue cambiar al kernel 2.6.7, y todo arreglado. Incluso trae un paquete para recompilar el driver propietario de la tarjeta inalámbrica (una Intel IPW 2100), con cualquier nuevo kernel, y otro paquete para que la salida VGA del portátil se pueda activar y desactivar a gusto del consumidor (sin necesidad de reiniciar como me pasaba en FreeBSD con el anterior portátil).
Ayer mismo le enseñaba a un amigo cómo cerrando la tapa del portátil, se suspendía, y como al despertarlo seguía todo bien, la música reproduciéndose desde el punto dónde se quedó al suspender, las conexiones de red, etc.
Ubuntu Linux es un trabajo excelente, a nivel técnico porque es el mejor Linux que he visto, porque saldrá una versión nueva cada seis meses para tener siempre el sistema actualizado, porque está excelentemente traducido, porque tiene en cuenta a los discapacitados a la hora de diseñar el sistema, a nivel ético por el compromiso de que Ubuntu siempre será libre y gratuito.
Excelente trabajo.
Precioso lema: Humanity, caring and and harmony.
Me he vuelto a enamorar de Linux.